Ya os hemos contado que el aceite de oliva virgen extra es buenísimo para la circulación, la piel, el pelo... pero lo que no os habíamos contado antes es que tomarlo en ayunas multiplica sus propiedades, ya que sus nutrientes se absorben directamente (como sucede con todos los alimentos) y además aporta otros muchos beneficios inmediatos. Estos son los principales:
- Mejora el funcionamiento del aparato digestivo: reduce la acidez gástrica, estimula el tránsito intestinal, favorece la absorción de nutrientes y se potencian sus propiedades antiinflamatorias (que ayudan a calmar la gastritis). Además, el aceite de oliva previene todo tipo de cánceres relacionados con el sistema digestivo debido a su alto contenido en hidroxicortisol. Se trata de un compuesto fenólico (y uno de los antioxidantes más potentes) que inhibe la proliferación de células cancerígenas.
- Asimismo, el aceite de oliva actúa sobre el sistema hepatobiliar, que está directamente relacionado con el aparato digestivo. Al estimular el funcionamiento de la vesícula biliar, reduce la formación de cálculos biliares y ayuda a disolver y expulsar las piedras ya formadas.
- Ayuda a dejar de fumar. ¿Leyenda urbana o realidad científica? Sea como sea, la sabiduría popular lo tiene clarísimo desde hace décadas: tomar cinco gotas de aceite de oliva extra virgen en ayunas cada mañana contribuye a reducir los efectos adictivos de la nicotina. ¡Probad y nos contáis! :-)
- Ayuda a adelgazar: el aceite de oliva en ayunas calma el apetito porque tiene efectos saciantes (el ácido oleico contiene oleiletanolamida, una hormona que inhibe el apetito), desintoxica el organismo y además facilita el proceso de transformación de los alimentos, ya que la oleiletanolamida convierte las grasas nocivas en grasas insaturadas -que son las denominadas grasas "buenas"-.
- Ayuda a combatir la resaca. El aceite de oliva hace que nuestro organismo procese mejor el alcohol. Y es que genera una película en el estómago que hace que la absorción sea mucho más lenta (y así no afecta tanto). Además, sus propiedades antiinflamatorias se multiplican si se toma en ayunas: ¡50 gramos de aceite de oliva virgen extra equivalen a unos 9 miligramos de ibuprofeno!
Otra forma de tomar aceite de oliva en ayunas es mezclarlo con zumo de limón y agua caliente: así
conseguiremos un té calentito con superpoderes. Al sumar las propiedades de ambos ingredientes, obtenemos un antídoto aún más potente (y sabroso) para desintoxicar el organismo, estimular la vesícula biliar (y así expulsar cálculos), perder peso y mejorar el funcionamiento del aparato digestivo.
En definitiva, el aceite de oliva en ayunas es un remedio sabroso, económico y sanísimo contra (casi) todo mal... ¿alguien da más? :-)
Publicado originalmente por Laura López Altares el 27 de febrero de 2014
Fuente: www.directodelolivar.com